lunes, 6 de agosto de 2007

Vergüenza propia

Vergüenza ajena es esa frase de dos palabras que ninguna palabra del diccionario reune en una sola. Es la vergüenza que nos provoca y que sentimos en nombre de todos por las acciones desprejuiciadas y que atentan con el criterio y el sentido común.

Vergüenza ajena me produce (ver foto) como los egresados de las Universidades, en este caso una Nacional, pública y gratuita, celebran que han rendido la última materia.

El rito iniciatico, incluye romper ropa (según sus defensores vieja y/o usada), bañar de diferentes fluidos inclusive fluidos corporales ajenos al festejante, tirarle yerba, huevos, harina, arroz o una mezcla de algunos o todos ellos al recién egresado. Por supuestom no ha faltado vino en el ritual o cerveza.

Los rituales o totems, forman parte de nuestra cultura, "la fiesta de quince de la nena" y antes, el debut con la prostituta del "machito de la casa". Existen otros con menos costos y más o menos pintorescos. Pero el totem de tirar comida es algo difícil de entender, de justificar, de tolerar. Es sencillamente indignante.

En repetidas ocasiones hemos podido ver como docenas de huevos se rompen y tiran sobre el cuerpo y al suelo alrededor de un recién egresado. Un kilo o mas de harina, arroz, polenta y otros comestibles. Me animo a preguntar ¿qué clase de idiotez sufre esta gente y los que los rodean? ¿Estará permitido y justificado tirar tres docenas de huevos una vez en la vida?

Si lo sé, es un golpe bajo, en el Chaco existe gente que pesa la mitad de lo que estipula la cartilla de peso para su edad, que va al almacén con 30 centavos a ver si puede comprar algo para comer. Y aquí nomas en San Luis, en una mesa de examen, se pueden tirar a la basura mas de 5 docenas de huevos, más de dos kilos de harina , más de un kilo de la preciada yerba, entre otros comestibles, decía y asi de rápido.

¿Queja o protesta?
Ni uno ni lo otro, denuncio lo morboso, atroz y feroz de tirar comida a la basura, de malgastar comestibles, de estupidez, de falta de consideración, de sentido común y sentido de justicia, de los egresados, sus padres, y sus amigos. Espectadores de show vergonzoso, que ya no da vergüenza ajena sino que comienza a ser más propia que nunca.

Propuestas
Las autoridades Universitarias, deberán pagar el costo político de no permitir que los chicos "se diviertan". La práctica debe ser ritualizada, tanta elite junta en la universidad servirá para que surjan propuestas creativas como, utilizar pigmentos diferentes al huevo, pintar con pinturas lavables, utilizar las hojas de la cursada y reciclarlas en papel picado en pasta de celulosa o lo que se les ocurra. Sería interesante recargar un punitorio en el título a los que sigan tirando comida y por supuesto ensuciando la vía publica. Sería interesante premiar a quienes hagan propuestas creativas y amigables con el medio ambiente. Igualmente de interés sería tener un espacio disponible a los efectos, o si se hace en la vía pública, disponer de plásticos o lonas.

Disculpen si esto arruina la fiesta, si mi discurso es retrógrado, pero no puedo evitar sentir vergüenza, mucha vergüenza, mucha vergüenza.

Antonio Mangione






miércoles, 1 de agosto de 2007

La Investigación, la ley, el discurso...

Hace tiempo atrás, quien suscribe solicitó al Consejo Superior mediante Actuac. Nº 577/07-M se informara sobre quien/quienes son los responsables legales del incumplimiento del Artículo 37 del Estatuto Universitario en su inciso b), el cual obliga a que en los expedientes de una reválida del cargo, se incluya la opinión fundada de los alumnos. Dicha nota tuvo tratamiento en el Consejo Superior y girada a la Dirección General de Asesoría Jurídica de la Universidad solicitándole que investigue sobre el tema.

Dicha dirección dice en su despacho ¨Que con referencia a lo requerido por el Consejo Superior cabe señalar que la intervención del suscripto en el trámite administrativo se realiza en el marco del Artículo 7º inciso d) de la Ley 10549, y sus Decretos Reglamentarios 1759/72 y 1883/91, texto ordenado, y que por ende se carece de facultades de investigación, por ello no puedo responder sobre las afirmaciones que hace el presentante y el propio Consejo (se refeire al Consejo Superior) con relación a ¨los responsables legales del incumplimiento del Artículo 37 del Estatuto Universitario en su inciso b)¨, como así tampoco y resultaría una temeridad de mi parte afirmar que los supuestos e hipotéticos incumplidores del Estatuto encuadren en la figura de incumplimiento de deberes de funcionario público (como quien suscribe preguntaba en dicha Actuación). Por otra parte y con relación al último párrafo de fs. 1, y sobre la desconsiderada exigencia al Consejo Superior, deberá expedirse el Cuerpo¨. Palabra más o menos dice, no estoy en condiciones de investigar por que me lo impide la ley, lo cual es cierto.

Sin embargo las preguntas que dan origen a todo esto todavía no han sido contestadas. ¿Quienes son responsables del incumplimiento de un artículo de un Estatuto? y si encuadra o no en la figura de incumplimiento de deberes de funcionario público.

Repsasemos, cuando se incumple, se solicita se investigue, el que tiene atribuciones de hacerlo es o el Rector o los Decanos (cada uno en su Facultad), es una obligacion que tienen. Sin embargo ninguno de los Decanos del Suiperior y su Rector se preocuparon por inisiar una investigación sobre el tema, es decir sobre el incumplimiento de un artículo del Estatuto. En vez el Consejo Superior, le pide con algo de al menos torpeza, la Dirección General de Asesoría Jurídica que "investigue".

Según el Estatuto, el reglamento interno del Consejo Superior, y de muchos sino todos los reglamentos internos de los Consejos Directivos, está muy claro quien debe investigar o mandar a investigar. Hasta la fecha no se hizo.

Asi, el discurso sobre la ley, el cumplimiento de la norma, lo apegado a la razón y al orden que muchas de nuestras autoridades invocan y proponen todos tengamos, se escurre rápidmente como la arena entre las manos.

Un muy mal ejemplo para la comunidad universitaria y la no universitaria que en su gran mayoría nos paga el sueldo y confía en que en una casa de altos estudios, donde se concentra la elite pensante de la sociedad, la ley se cumple a rajatabla, se investiga hasta las últimas consecuencias cualquier incumplimiento y en donde el apego a la norma es lo que respalda a la palabra.

Antonio Mangione